BUENOS AIRES (NA) — El directorio del FMI por ahora no considera rebajar las tasas de interés adicionales que le cobra a la Argentina por el crédito excepcional otorgado en el 2018.
Así trascendió de fuentes del organismo multilateral, luego de que el directorio decidió postergar la revisión de sobrecargos aplicados a países deudores que recibieron créditos muy por encima de la cuota que aportan como socios.
De esta forma, la Argentina por ahora seguirá pagando más de 900 millones de dólares al año por encima del capital y los intereses pactados en el crédito Stand-By, lo que representa un fuerte peso para su deuda.
El directorio ejecutivo del organismo se reunió para discutir la estrategia del organismo para mitigar los riesgos financieros para su balance.
Al menos por ahora, resolvió no reducir las sobretasas tal como pidió el gobierno de Alberto Fernández a la titular del Fondo, Kristalina Georgieva.
La Argentina y el Fondo siguen viendo cómo renegociar el programa fallido por el cual el país debe devolver unos USD 42.000 millones más intereses.
La deuda externa total de la Argentina ronda los USD 340.000 millones, incluyendo bonos de la deuda, según cálculos de economistas locales.
El FMI reconoció avances con el Gobierno en cuanto a la necesidad de adoptar medidas para reducir la alta inflación y lograr mayor inversión y crecimiento económico, tras varios días de discusiones técnicas en Washington.
El Fondo destacó la necesidad de reducir el déficit y adecuar las tasas de interés de referencia para controlar el nivel de precios, que este año rondará el 50 por ciento.
La Argentina busca acordar un acuerdo de facilidades extendidas de la deuda a 10 años.
“Abordar la persistente y alta inflación requiere un enfoque múltiple que implique una reducción del financiamiento monetario del déficit fiscal, una política monetaria adecuada con tasas de interés reales positivas y una coordinación de precios y salarios”, indicó el organismo.
En el mercado estiman que la finalización de las discusiones técnicas recién podría darse entre enero y febrero, para pasar a su eventual aprobación en el directorio en marzo.
En ese mes la Argentina deberá afrontar vencimientos por unos USD 5.000 millones, incluyendo uno con el Club de París.