El conflicto mapuche y la peligrosa ausencia del Estado

Movilización por el conflicto mapuche Foto A24 ED



NEUQUÉN (ED). — La violencia que impera en la región cordillerana de la provincia de Río Negro preocupa. No sólo porque se cobró una vida, sino porque la ausencia del Estado nacional impide avizorar una salida, al menos hasta el momento.

Lo que era un fin de semana a pleno turismo, con niveles de ocupación que superaron a los de pre pandemia, decantó en tragedia. Dos civiles irrumpieron en una ocupación mapuche en Cuesta del Ternero y mataron a balazos a un joven de 29 años; al tiempo que otra persona resultó herida de gravedad al ser alcanzada por otro disparo.

La tensión se propagó y El Bolsón fue, este domingo, escenario de protestas mapuches con quemas de neumáticos y destrozos. La respuesta no llegó desde el Estado (provincial o nacional), sino de supuestos civiles, lo cual es por demás alarmante. En lo que parece ser un rapto de anomia o anarquía, vecinos corrieron al grito de “viva la patria” a quienes se manifestaban. Algunos de los que tomaron la represión por cuenta propia estaban a caballo y los corrieron literalmente a rebencazos.

Desde provincia aseguran que no fueron efectivos de la policía rionegrina los que irrumpieron a balazos en las tierras usurpadas. Desde la izquierda comienzan a lanzar insinuaciones sobre una supuesta zona liberada de la que también responsabilizan al gobierno de Alberto Fernández que hasta estas horas sigue enfrascado en lo suyo: la difusión de los índices de ocupación hotelera, con los que busca maquillar la crisis económica y social que millones padecen.

Se acerca diciembre, mes singularmente crítico en momentos de crisis. El ex senador Miguel Angel Pichetto (rionegrino, él) habla de la supuesta siembra de un terreno separatista. Y, lejos de agotarse en el mundillo de la política, las posiciones antagónicas calan peligrosamente en sectores de la sociedad.

La tardía reacción de Nación a los pedidos de Río Negro luego de los ataques incendiarios perpetrados por agrupaciones que se identificaron como mapuches propagó el malestar. Ahora el gobierno de Arabela Carreras acompañó en la reacción tardía frente a la tensión en ascenso. Son momentos difíciles que requieren de una presencia fuerte del Estado.