Murió Mario Garoglio

Los casos de violencia de género ejercidos sobre Ivana, Maika y Abril Rosales, le valieron a la Argentina una sanción internacional.




NEUQUÉN (ED) — En abril de 2002 Ivana Rosales le dijo a su marido, Mario Garoglio, que se quería separar. La reacción fue una terrible agresión con un intento de ahorcamiento con un alambre y golpes en su cabeza con una piedra hasta dejarla inconsciente. Creyéndola muerta la depositó en el baúl del auto. Providencialmente un vecino vio la maniobra y lo denunció.

Rosales fue trasladada al hospital, donde estuvo internada durante 45 días. Garoglio fue juzgado por un tribunal integrado por tres jueces, quienes encontraron inexplicables atenuantes, como “ella se lo buscó”, condenándolo a cinco años de prisión, de los que no cumplió ni un sólo día porque se fugó.

Cuando reapareció la causa había prescripto.

Pero el calvario recién se estaba gestando. Las dos hijas de la pareja, Mayka y Abril, fueron obligadas a vincularse con su padre, quien abusó de ellas, derivando en el suicidio de la mayor de las hijas. Después de 10 años, Garoglio fue condenado por abuso sexual agravado por el vínculo, a 4 años de prisión.

Ivana, decidida a hacer valer sus derechos fue ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) para reclamar una reparación del Estado argentino y neuquino, y una serie de cambios para que las mujeres abusadas dejen de ser revictimizadas .

Fue el primer caso argentino de violencia de género que llegó a la CIDH, órgano que forma parte de la Organización de los Estados Americanos (OEA), que finalmente culminó con un pedido de disculpas oficial del Estado argentino y de Neuquén, y un acto público de reconocimiento de responsabilidades por las violaciones de derechos que sufrieron Ivana, Mayka y Abril Rosales.

Ivana falleció repentinamente hace cinco años atrás, por las secuelas de aquella terrible golpiza. Abril, en su nombre continúo su inmensa lucha.

Hoy murió el victimario de todas.